L’Andana, además de un hotel, es una enorme finca toscana de 500 hectáreas cerca del mar, en lo que fue residencia y coto de caza del Gran Duque de Toscana, Leopoldo II, a mediados del siglo diecinueve. Leopoldo primero y luego los fascistas, convirtieron esta zona pantanosa costera conocida como Maremma en una preciosa comarca rural muy apreciada por el turismo.
El hotel, al que habremos llegado a través de una increíble avenida bordeada de cipreses de donde proviene su nombre, tiene treinta y tres magníficas habitaciones, incluyendo Suites, Suites Junior y De Luxe – todas con magníficas vistas panorámicas a la piscina, el muy cuidado jardín y la extensa propiedad con olivares y viñedos que se extienden hasta donde alcanza la vista.
Todas las habitaciones tienen cuartos de baño de grandes dimensiones y varias vienen con chimeneas. Los 200 m2 del piso superior de la villa pueden ser alquilados como una unidad, alojando hasta ocho personas. La recepción está incrustada en una florentina casa de cristal y se comunica con la segunda villa a través de un patio ajardinado interior. El restaurante está tutelado por el famoso chef Alain Ducasse, quien se ha encargado de seleccionar platos propios de la tierra – con toda clase de productos naturales locales, así como excelente pescado y marisco.
L’Andana presume también de vino y un aceite elaborados en la propiedad. Es un lugar como de ensueño y la experiencia de ir a cenar, tras haber tomado unas copas en el bar, y encontrarnos con un gigantesca chimenea esperándonos, es algo como para no olvidar en esta vida. Por cierto que este restaurante – la Trattoria Toscana – tiene capacidad para ciento veinte personas.