La sencillez es una seña de identidad de la comida canaria. Uno de los ingredientes clave que puede encontrarse en gran parte de sus platos es el gofio: grano tostado de trigo o maíz, parte fundamental del desayuno de estas tierras y acompañamiento por excelencia a los diferentes guisos insulares.
De la misma sencillez y sabor exquisito pueden hacer gala sus mojos (o salsas), que acompañan a la mayoría de las comidas. El mojo picón -con pimiento, vinagre, aceite de oliva, ajos, comino, sal y pimentón- y el mojo verde -hecho a base de perejil y cilantro, con un sabor más suave-, han alcanzado en Canarias la categoría de verdaderas instituciones.
Canarias, en plena ruta de navegación hacia América, vio como su cocina se enriquecía con productos llegados de allá como el tomate, el plátano, la patata, y la patata. El pescado también es de gran calidad. Destacan el cherne, la fula, la sama, la lubina, los sargos, las bogas, las caballas, y sobre todo, la vieja. Los pescados suelen prepararse a la sal, a la espalda, o jareados (secados al sol y condimentados).
El marisco también goza de merecida fama en el archipiélago canario. El más típico es la lapa a la plancha, el burgado y la almeja. Además, el clima canario es especialmente propicio para el cultivo de frutas tropicales como el plátano (el producto más representativo de las islas), la papaya, el mango, el aguacate y la piña.
En la repostería autóctona encontramos los típicos Bienmesabes, elaborados con miel y almendras molidas; los ñames o truchas navideñas; las empanadillas rellenas de batata, almendras y pasas; las Quesadillas de la isla del Hierro, la Torta Vilana de la Gomera; los mazapanes y almendrados de Gran Canaria; y raspaduras de La Palma.
Estas islas albergan diez exquisitas denominaciones de origen vinícolas: Abona, El Hierro, Lanzarote, la Palma, Tacoronte-Acentejo, Valle de Güimar, Valle de la Orotava, Icoden-Daute-Isora, Monte Lentiscal y Gran Canaria; y algunas bebidas propias que conviene conocer y probar, como el licor de plátano y el ron-miel.