Arriba en las montañas de Provenza, donde los campos de espliego descienden sobre el desfiladero de Verdon, está el pueblo de St. Laurent de Verdon donde Edith y Nicolas han restaurado un precioso molino de aceite del siglo XVII – Le Moulin du Château. Se ha puesto énfasis en la naturaleza, la paz, la calma y una excelente comida orgánica; el hotel es parte del movimiento Slow Food y ha obtenido la eco-etiqueta de hospitalidad, Clef Verte y "Hôtels au Naturel". Aunque esto sigue siendo Provenza, parece estar a años luz de Cannes y Saint Tropez. El hotel ofrece bicicletas y hay magníficas oportunidades para realizar caminatas desde sus mismas puertas (y de practicar senderismo por las gargantas de Verdon, muy cerca de allí). Podemos leer un libro en el olivar o participar en un juego de boules – todo muy relajante. El hotel está en la cima de un gran césped, con mesas y sillas dispuestas para sacar el máximo partido del sol del mediodía. Dentro reina la paz y la sencillez, como en todo el conjunto. El edificio es antiguo y el decorado simple y aseado, más que anticuado. Los dueños querían claramente permitir que la luz penetrara y ha funcionado magníficamente en las habitaciones, donde hay colores vivos que se asoman discretamente en colchas y cortinas. El sitio invita al placer de la siesta. El salón parece inmerso en la naturaleza, adornado con la piedra original de la prensa de oliva, flores silvestres en primavera y verano (espliego algo más tarde), toda clase de planos y mapas para tomar prestado, dos estupendos anfitriones, excelente comida tradicional y una paz y tranquilidad soberbias. Le Moulin du Château es lo que un médico recetaría para alcanzar la máxima relajación, en contacto con la naturaleza.