Rodeado de viñedos y verdes campos, el entorno de Château Talaud es simplemente maravilloso. Y no es porque lo digamos nosotros – lo corroboran una larga lista de personas que se han hospedado aquí y que generalmente lo describen con superlativos: “me sentí como una princesa”. . . “perfecto”, “inolvidable”. Conny y Hein Deiters-Kommer son nuestros acogedores anfitriones y quienes consiguen que este histórico edificio del siglo XVIII tenga una atmósfera simpática y relajada. Château Talaud nos ofrece cinco espaciosas habitaciones todas decoradas con el máximo gusto con muebles de época combinados con objetos del siglo actual. Hay mesas, sillas y tumbonas esparcidas por todos los jardines del hotel, donde podremos tomarnos un generoso desayuno o un aperitivo antes de comer en nuestro rincón favorito. Estos jardines nos ofrecen una vista espléndida del campo y los viñedos que lo rodean, tras el portón de piedra que constituía la entrada original y un precioso estanque.