La Casa de São Vincente es una bucólica estancia y una opción excelente para los amantes del vino y de los retiros rurales. Esta hermosa y rústica propiedad produce el aromático "vinho verde" –color que hace referencia a su joven edad, no al color-, y los huéspedes podrán visitar las interesantes bodegas y comprar el buen vino de la casa, o simplemente charlar con su encantadora propietaria, Teresa Ferreira, de aspectos vinícolas. Como propiedad rural que es, tiene también otros puntos interesantes de referencia, como los típicos graneros llamados "Espigueiros". São Vicente cuenta con su propia capilla, datada en el año 1623, hermosamente situada bajo la sombra de un ancestral olivo. Las habitaciones, todas con baño anexo o ducha, son cómodas, sencillas y bien valen lo que cuestan. Las sesiones de catas de vinos tienen la posibilidad de ser aliviadas con agradables paseos a caballo –pudiendo ser reservados en la propia casa-, o con una visita al maravilloso y espectacular Parque Nacional de Geres. Algo a no perder.
Hemos pasado 10 días maravillosos. Nos han tratado fenomenal, hemos disfrutado de los desayunos con esa mermelada casera que no puedes dejar de untar en el pan ;) pero sobre todo, de la calma y de la tranquilidad del lugar.
Es un lugar perfecto para descansar, para evadirse pero también es un enclave perfetcto para hacer excursiones porque la región esconde muchos puntos interesantes.
Los propietarios son encantadores y siempre dispuestos a ayudar, a aconsejar alguna ruta, etc.
Espero poder repetir pronto la experiencia.
para perderse
por lara
Fecha de la estancia 28/08/2014
Alojamiento en un entorno rural muy especial donde si quieres puedes perderte. Al lado de parques naturales preciosos.. pero también cerca de ciudades muy bonitas como Braga. Ellos encantadores y su mermelada de frambuesa!!!