Este magnífico palacio, del siglo XVI, se emplaza en una impresionante cumbre, entre las idílicas praderas y los ancestrales árboles situados frente a la cresta de las montañas de Sueve –conocidas como los caballos del asturcone. Las vistas son realmente maravillosas. Javier Álvarez y Sandra Iglesias aplicaron todo su saber en este establecimiento, cuyo resultado final ha sido un alojamiento verdaderamente agradable y lujoso. Posee unas habitaciones muy cómodas, dónde la atención al detalle se evidencia en pequeños pormenores –como los refinados cojines sobre las camas-, así como un confortable comedor con una exquisita decoración de estilo continental. Un toque encantador es el que cada habitación sea referenciada con el nombre de diferentes tipos de árboles. A todo ello debemos sumar el hecho de que la comida que aquí se ofrece es deliciosa presentando varias especialidades regionales. Se recomienda una visita al Espinaredo, para ver la estupenda colección de hórreos asturianos -los antiguos graneros-, además el elegante Palacio de Cutre está próximo a la espléndida Costa Verde.