Hektor

Hektor no pretende ser un hotel. Es una granja con espíritu, humor y buenos principios. Al llegar, lo primero que hacen es presentarte a Silvestre, un burro rescatado que ya forma parte de la familia. Le siguen tres ovejas sociables, un pato curioso, varios gatos que se enroscan con naturalidad en las piernas y, cómo no, un perro.

Está en Los Valles, al norte de Lanzarote, entre montañas suaves y tierra fértil. Es una casa para adultos (a partir de 18 años), pensada para quienes prefieren algo más real y personal. Aquí todo tiene intención: desde el arte que cuelga de las paredes, la playlist que suena mientras se prepara el desayuno o el cariño con que te reciben tus anfitriones. Al final, no tengas dudas de que un pedazo de tu corazón se quedará aquí.

Hektor te aloja en cuatro suites independientes, cada una con cocina básica, salón, baño privado y entrada propia. Todas con su propia narrativa visual y emocional:

• La Astróloga
  Una suite introspectiva y gráfica, dominada por el negro y salpicada de arte monocromático. Un espacio que invita a bajar el ritmo y dejar que las ideas respiren.

• El Granjero
  Más terrenal, más cercana al corral. Evoca la memoria rural a través de texturas naturales, objetos con historia y una conexión directa con los animales de la finca.

• La Grafista
  Celebración del diseño gráfico contemporáneo con una colección ecléctica de obras firmadas por artistas como Jean Jullien y Walter Van Beirendonck. Recibe la mejor luz de la tarde.

• El Herbolario
  La más botánica y resguardada. Verde, íntima y orientada al frescor, es ideal para quienes buscan tranquilidad sin renunciar al carácter.

Se cocina para ti, y lo que se sirve en la mesa nace ahí mismo o muy cerca: crecen frutas y verduras que acaban en el plato. Ingredientes cultivados en la finca o comprados a productores locales. La cocina es sin pretensión: se cocina bien, se come mejor y, si lo pides, te dan las recetas para llevártelas a casa.

Hay una piscina de inmersión casi escondida. Los caminos entre bancales invitan a pasear sin rumbo. Y el paisaje, silencioso, recuerda que Lanzarote no es solo costa.

No hay recepción 24 h ni spa. No hay nada que sobre. Hektor no necesita convencerte de nada. Con carácter, honestidad y una manera muy suya de hacer las cosas, logra lo que pocos logran: que te sientas bienvenido sin manual de instrucciones.