Hacienda el Terrero

Al entrar por los portones de la Finca, un enorme drago y la infinidad del océano nos da la bienvenida. Bajando por un camino empedrado se llega a las casitas de piedra pintadas de blanco, todas con su terraza privada y con hermosas vistas. Cada casa está amueblada individualmente y tiene su propio encanto, perpetrando el patrimonio canario, pero con comodidad: con cocinas totalmente equipada baño privado con ducha, camas cómodas, wifi… En el interior, elementos de diseño moderno se mezclan con lavabos de piedra natural y barras de madera con siglos de historia. Algunas de las habitaciones conservan grandes rocas incrustadas en las paredes, intactas de la construcción original.

La piscina común, que antes era un estanque, tiene vistas sobre el océano atlántico con tumbonas para echarse y está rodeada de plataneros.

La hacienda está ubicada en una de las zonas más escarpadas de la costa Realeja al Norte de Tenerife, zona protegida del turismo descontrolado del sur de la isla. Desde Hacienda Terrero se puede llegar fácilmente a todos los lugares de interés como la Orotava, Icod de los Vinos o Garachico. La playa más cercana está a 3 minutos en coche. Para abastecer su nevera, encontrará un supermercado a solo 10 minutos, que tiene de todo, incluido excelentes productos frescos

Notar que la finca se encuentra en el medio de la naturaleza, es un espacio rural, en el cual escucha las olas del mar, la piel se cubre de salitre y con suerte al final de su estancia habrá hecho amistad con la fauna local. Es un paraíso de tranquilidad, perfecto para relajarse frente al mar, que invita a holgazanear.

Las casas más aptas para niños son La Gañania y La Jurdana, por disponer de dos dormitorios y La Parra, dispone de una cama de 1,35 metros en alto a modo de litera. Casa El Carrero y La Parranda disponen de dormitorio en habitación independiente y sofá cama en el salón.