Il Falconiere

Fue una vez hogar de un poeta y es ahora un precioso hotel de lujo en la ciudad de Cortona, en Toscana – y nos enamoramos de Il Falconiere con sus vistas sobre un paisaje puramente toscano de olivos y viñedos. El edificio se remonta al siglo XVI y ha sido sometido a una magnífica restauración que ha sabido preservar esos maravillosos muros de gruesa piedra, las vigas de madera y sus chimeneas originales. Otros añadidos modernos han ido incorporándose con gran sensibilidad para no desdecir del conjunto, como un par de piscinas y un estupendo conservatorio que nos ofrece vistas de Cartona y del valle que hay abajo. El que sólo disponga de 19 habitaciones significa que el hotel puede dar la máxima atención personal a los huéspedes – y todas ellas están decoradas individualmente con gusto y estilo. Muchas telas y alfombras dan un toque de suavidad a las baldosas tradicionales de terracota. Algunas habitaciones tienen frescos originales en las paredes, camas con dosel y muebles antiguos restaurados – todo ello para proporcionar una sensación de confort y relajación. Si aún necesita otra excusa para alojarse en Il Falconiere, el restaurante acaba de ser galardonado con una estrella Michelin y en consecuencia atrae bastante público de toda Toscana. Claro que residiendo en este pequeño hotel de lujo con encanto le situará por delante de los demás, asegurándole una experiencia gastronómica inolvidable con los mejores platos que la región pueda ofrecer. El hotel es relativamente modesto en lo que se refiere a enumerar sus virtudes, diciendo que “es bastante fácil cocinar estupendos platos cuando se utilizan ingredientes de la máxima calidad” – añadiendo a continuación que “la búsqueda de los mejores productos es parte integral de nuestra filosofía”. Bien dicho – y con todos esos olivos y viñedos a su alrededor no les faltarán fuentes de inspiración. La familia Baracchi, que restauró la villa y ahora maneja el hotel, es también bastante activa en el campo vinícola produciendo algunas excelentes creaciones de Sangiovese, Trebbiano, Syrah, Merlot y Cabernet Sauvignon. La estancia mínima durante los meses de mayo a septiembre es de tres noches.