Villa La Favorita

Un consejo a los que se vayan a hospedar en La Favorita: uno nunca vuelve a ser el mismo tras una búsqueda vespertina de trufas en las colinas circundantes. . . o habiendo tenido que probar el vino Nebbiolo d’Alba que cultivan en la propiedad. Aunque crecen multitud de árboles frutales orgánicos en los amplios jardines, hay que darse bastante prisa para coger una granada, higo, melocotón, pera, manzana, cereza o albaricoque, antes de que lo conviertan en mermelada para servirlo en el abundante desayuno rural. Esta preciosa residencia fue construida hace cien años y restaurada a la perfección recientemente, con un enfoque hacia los placeres sencillos de la vida – con la cata de vino como premio adicional. Hay clases de cocina a última hora de la tarde y los 40 Kms. de la “strada di miele” te lleva a los pueblos más interesantes que producen el dulce y dorado líquido, pasando por un escenario maravilloso en este tranquilo rincón del noroeste de Italia. Mientras otros batallan con multitudes en destinos muy trillados éste, su segundo hogar, se encuentra a diez minutos del pueblo piamontés de Alba. Baje de la montaña y descubra una aldea medieval culturalmente rica y que respira ese ambiente tan típico de la falda de los Alpes. Habrá algunos turistas italianos y es que ellos si han oído hablar del lugar – aunque intenten que no se entere el resto de los mortales. Nosotros no hemos sido capaces de guardar el secreto de este agriturismo italiano con seis habitaciones – todas con vista – un perro labrador llamado Sally, un viñedo y un maravilloso dueño que le invitará a pasar el rato con él mucho o poco tiempo, según le apetezca.