París parece recién sacada de una película, lo que la convierte en una de las ciudades más fascinantes del mundo. El aburrimiento es una palabra desconocida aquí, la ciudad es rebosante de creatividad y poder, se reinventa constantemente y, sin embargo, consigue conservar su incomparable identidad. Como ciudad cultural con un rico patrimonio histórico y artístico, París atrae cada año a más de 25 millones de personas de todo el mundo con sus monumentos, su gastronomía, y su estilo de vida. Si te agotas de tanto turismo y compras, seguro que encuentras la tranquilidad en uno de los 435 parques y jardines de París. También puedes sentarte en uno de los muchos cafés callejeros y observar a los míticos parisinos que pasean por la ciudad. Los 20 distritos de París están estructurados como un caracol y se extienden desde el centro de la ciudad hasta las afueras. Generalmente, cuanto más bajo es el número, más cerca está del centro y más acomodada es la zona. Así que, si te sientes desorientado y no sabes dónde alojarte en París, aquí tienes una pequeña guía: El río Sena atraviesa los 20 distritos y divide París en zonas por la izquierda y a la derecha. A la izquierda están las estaciones de Montparnasse (distrito 14) y Gare d'Austerlitz (distrito 13). La zona no es especialmente bonita, pero es más económica. Si te desplazas más hacia el centro, llegarás al coqueto barrio de Saint Germain (distrito 6), que representa el típico París de las películas. Aquí encontrarás pequeños bares y cafés, boutiques bonitas y muchas floristerías y librerías que transmiten un maravilloso aire francés. Justo al lado se encuentra el Barrio Latino, con la prestigiosa Universidad de la Sorbona. La mezcla de los edificios más antiguos de la ciudad con la influencia joven de los estudiantes hace del quinto arrondissement algo muy especial. Los dos barrios son muy turísticos en temporada alta, pero destacan por ser una de las mejores ubicaciones para descubrir la ciudad. El Panteón, Notre Dame y el Pont Neuf, que une los lados izquierdo y derecho, se encuentran a unos minutos andando. Subiendo, se llega al séptimo distrito que es el más famoso. Aquí se encuentra la Torre Eiffel. Los restaurantes y cafés tienen precios más altos, pero se puede cenar rodeado de edificios impresionantes y simbólicos. También hay una gran variedad de marcas de lujo y boutiques de moda donde podrás vestirte al estilo chic parisino.

También hay muchos museos de fama internacional. Desde la Plaza de la Concordia hasta el Louvre y el Centro Pompidou, los distritos primero y segundo están junto a Le Marais, el tercer distrito. El barrio judío desborda energía creativa y dinamismo juvenil, siendo colorido y animado con menos turistas y siempre hay algo que hacer. Alrededor de la Place de la République (la plaza de la república) encontrarás los bares más de moda y las tiendas más trendy para los locales. Hay eventos de baile abiertos al público, zonas de skate y muchos músicos callejeros. En verano, hay un ambiente animado que te van a dar ganas de querer hacer un picnic en el canal Saint Martin, y sin duda es un lugar maravilloso para alojarse. Los distritos 16 y 17 son zonas residenciales muy bonitas y están más apartadas. Aquí encontrarás villas de lujo y colegios privados, y es probablemente la zona más segura de París. Merece la pena acercarse a Passy, aunque solo sea porque aquí se encuentran casi la mitad de los museos y embajadas de París. También vale la pena visitar el Bois de Boulogne, uno de los parques urbanos más grandes del mundo, si te quedas en París por más tiempo que un fin de semana. El distrito 18, Montmartre, es posiblemente el barrio más conocido por los franceses y a menudo se le conoce como el barrio de los artistas, ya que muchos artistas famosos solían vivir aquí y al día de hoy todavía podrás encontrar algunos estudios. Un poco apartado del ajetreo del centro de la ciudad, podrás relajarte en los hermosos parques de Montmartre y a la vez, descubrir impresionantes obras de arte, como el Sacre Coeur y muchas otras atracciones en los alrededores de la Place du Terre. Aquí también encontrarás hoteles bonitos, no muy lejos de las estaciones Gare de l'Est y Gare du Nord.

La capital de Francia es una las ciudades más visitadas de Europa. Su inexplicable belleza y esa esencia que se respira en sus calles empedradas la convierten en un destino vacacional idílico. Ideal para una escapada romántica o para un verano cultural, la “ciudad de la luz” tiene mucho que ofrecer. Posee un gran número de lugares de gran interés turístico.

Empezamos con la Torre Eiffel, emblema de la ciudad y, sin duda, su monumento más reconocido. Constituye un orgullo nacional y es realmente impresionante admirarla desde las calles de alrededor. La “vieja dama” siempre vigilante, vela en las noches iluminando el camino a los viajeros que decidan adentrarse en esta ciudad llena de magia y romanticismo.

No podemos olvidarnos de los Campos Elíseos, la avenida más grande de París y hogar del Arco del Triunfo, otro de los monumentos más famosos de París. Los barrios de esta urbe, cosmopolitas y llenos de vida, harán las delicias de aquellos a los que les guste perderse por calles llenas de misterio y encanto. Desde el Barrio Latino, hasta el Barrio de Montmartre, pasando por el Barrio de Montparnasse y el Barrio Le Marais, todos ellos poseen una esencia diferente que les hace únicos. Auténticas joyas en el corazón de París.

No puedes irte de esta ciudad si no has tomado un delicioso y humeante café en una de sus numerosas plazas. Destacan la Plaza de la Concordia, situada en pleno centro de París y dominada por el obelisco Luxor, y la Plaza de la Bastilla.

Así mismo, París cuenta con importantes edificios religiosos de gran valor arquitectónico como “La Sainte Chapelle”, la Catedral de Notre Dame y la Basílica del Sagrado Corazón.

Esta ciudad también destaca por sus joyas artísticas. París posee una gran cantidad de museos, perfectos para una escapada cultural. Los más famosos son el Museo del Louvre, el Museo de Orsay, el Centro Nacional de Arte y Cultura Georges Pompidou y el Museo de la Orangerie.

Si eres de los que buscan un oasis de paz allá donde van, en París encontrarás cientos de ellos. Sus múltiples parques y jardines ofrecen un descanso al ajetreo de sus calles. Desconecta recorriendo el Parque de la Villete y descubre la naturaleza más bella en el Parque de Bagatelle.

París es la capital de la moda por muchas razones. La sofisticación y la clase de las que hacen gala las gentes parisinas son sólo uno de los motivos. Esta ciudad posee innumerables tiendas y firmas de moda capaces de cumplir los sueños de los viajeros más entusiastas de las compras.

La riqueza de París no termina en sus innumerables y valiosos conjuntos arquitectónicos ni tampoco en sus jardines o sus museos. La gastronomía parisina también es conocida por su variedad y calidad, lo que la convierten en el lugar perfecto para una escapada culinaria.

La gastronomía de París es el resultado de una interesante mezcla de culturas. Hoy en día, seguramente podrás encontrar cualquier tipo de comida en París, pero lo que realmente merece la pena probar son los platos tradicionales franceses. El olor a croissants y baguettes recién horneados es difícil de evadir en París y por eso es imprescindible probarlo en cualquier viaje a Francia! En Francia se distingue entre boulangerie, panaderías de pan y bollería, y patisserie, de pasteles como los “mille feuilles” y los típicos “macarons”. También existen las brasseries, una mezcla de bistró rápido y alta cocina, que sirven bebidas y comida para consumo inmediato. Por la noche, tendrás que ir a uno de los restaurantes buenos que ofrecen una deliciosa selección de "cuisine française".

Los ingredientes principales son las carnes, lácteos, verduras y marisco, que confluyen en la realización de deliciosos platos. Los vinos, los quesos – el más conocido en París es el camembert aunque el viajero también puede disfrutar de otros tipos como el Roquefort, el queso de cabra y el queso brie -, los panes – desde las clásicas “baguettes” a los panecillos dulces o “brioches” - y la repostería – siendo el “croissant” el protagonista indiscutible en este área - son sólo algunos de los manjares de los que París hace gala. No dejes de probar sus muchas variedades, merecen la pena.

Los platos típicos más deliciosos y famosos de la región son joyas culinarias a la espera de ser degustadas por viajeros de todo tipo. Destaca el "confit" de pato, con una cuidada elaboración; el “coq au vin”, un estofado de pollo con verduras, vino y especias; “moules frites”, mejillones servidos con patatas; “tapenade”, una pasta hecha a base de aceitunas untada en pan; “escargots”, caracoles aderezados con ajo; y “foie de canard”, paté de pato o de oca.

La fina y exquisita repostería francesa es otro de los grandes atractivos que nos ofrece su cocina. Los “crêpes” son una delicia mundialmente conocida. Y lo mismo ocurre con los “macarons”; en París los tienen de todos los colores y sabores. Un verdadero sueño para los más golosos. Pero si hay un dulce que ostente la corona de la gastronomía parisina, ese es el “croissant”, una maravilla para las papilas gustativas.

En cuanto a los horarios, la mayoría de los restaurantes abren para el almuerzo de 12:00 a 14:30 y para la cena de 19:00 a 22:00.

En París, la propina está incluida en el precio de los servicios, por lo que no es obligatorio dejar una propina adicional. Sin embargo, si estás satisfecho con el servicio y deseas dejar una propina, es común dejar entre el 5% y el 10% de la factura total. También es común redondear la cantidad total a un número entero más cercano. Es importante tener en cuenta que algunas cafeterías y restaurantes pueden cobrar una tarifa adicional por sentarse en la terraza o por el servicio, en cuyo caso se especificará en la factura.

El desayuno típico en París suele consistir en una bebida caliente como café o té, un croissant recién horneado y un trozo de baguette con mantequilla y mermelada. También es común incluir un jugo de naranja fresco y un yogur. A veces, también se pueden encontrar huevos revueltos o una “omelette” como opción en algunos cafés y restaurantes. Los parisinos suelen disfrutar de su desayuno en una cafetería local mientras leen el periódico o charlan con amigos.