Berlín, tradición y vanguardia

El vibrante ambiente multicultural de Berlín, sus museos, monumentos y tolerancia hacia todos los aspectos de la vida, la convierten en una de las grandes capitales del mundo, con una atmósfera sencillamente única. ¿Quieres saber por qué esta ciudad marca las tendencias que otros siguen, ya sea en arte, en negocios o en cultura “underground”? Alójate en un céntrico hotel boutique o quédate en un sofisticado hotel de diseño. Te ofrecemos la mejor selección de hoteles y apartamentos con encanto de la capital alemena. Berlín tiene mucho que ofrecer, ¿te atreves a descubrirlo?

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Berlín posee una amplia oferta turística, adaptada a cualquier tipo de viajero. Si te interesa la cultura, no puedes perderte la Isla de los Museos (Museumsinsel), un complejo en el que se encuentran los museos más importantes de la ciudad. La Catedral de Berlín (Berliner Dom) es la iglesia más bella de la ciudad y otro punto de obligada visita. Si lo que buscas es desconectar del ajetreo de las calles principales, dirígete al Parque Tiergarten, la principal zona verde de la capital alemana. Ubicado en el centro de la ciudad, constituye el mejor sitio para poder pasear y relajarse del estrés de la urbe.

 Pero, sin lugar a dudas, el principal pilar del turismo de Berlín es poder contemplar los restos del muro, levantado como parte de las fronteras de las dos áreas en las que se dividía Alemania. 

El mejor sitio para degustar la mejor de las cervezas o probar la exquisita cocina alemana es Alexanderplatz, una gran plaza ubicada en el corazón de la ciudad. Originariamente albergaba un mercado de venta de ganado, por lo que se la conocía como mercado de buey (Ochsenmarkt).

Además, Berlín cuenta con multitud de monumentos que merece la pena visitar. Todos ellos se erigen para conmemorar sucesos que marcaron la historia del país. Entre ellos destacan la Columna de la Victoria, la Torre del Holocausto y el Jardín del Exílio, la Puerta de Brandeburgo (uno de los emblemas de la ciudad) y el Fernsehturm. Pero si prefieres perderte por las calles de la capital para empaparte del ambiente de forma auténtica, lo mejor es que empieces por Unter den Linden y Kurfürstendamm, las calles principales de esta urbe.

Por último, tampoco puedes perderte la Potsdamer Platz, una de las plazas más concurridas de Europa, llena de comercios y cafés y el lugar donde se instaló el primer semáforo de Europa.

El Palacio Bellevue constituye el perfecto cierre para una escapada en Berlín. Ubicado al norte del Tiergarten, a orillas del Spree, es uno de los lugares más famosos en la ciudad y un conjunto arquitectónico de gran belleza.

La gastronomía de Berlín recibe una gran influencia de región de Brandeburgo. Este rasgo se evidencia en la elección de sus ingredientes principales el cerdo, las aves y el pescado blanco, así como verduras y legumbres como la col, los nabos y las patatas. 

Con ellos se elaboran contundentes platos como el Eisbein, codillo de cerdo en salmuera; el Kasseler, un corte de carne de cerdo curado con sal y ligeramente ahumado acompañado de chucrut y puré de patatas; el Königsberger Klopse, albóndigas cocinadas en una salsa blanca con alcaparras; el Apfelmus, un rico puré de manzanas; y el Leberwurst, un embutido elaborado con y servido con puré de patatas.

Los pescados son también uno de los grandes atractivos de la cocina berlinesa. Destacan la angula verde (Aal grün) con pepinillos en vinagre (Spreewälder Gurken) y la perca cocinada con salsa de cerveza. Otra variedad muy consumida es el arenque que, en Berlín, se cocina de muchas maneras, como el rollmops, unos rollitos de arenque con pepinillo y que son el aperitivo más consumido de Alemania; o el brathering, que consiste en freir los arenques en una marinada de vinagre. 

En el país de la cerveza, su capital no podía quedarse atrás. Las más importantes son la Berliner Weisse (autóctona de la ciudad) y la Weissbier, una cerveza clara que se suele tomar sola o con un chorrito de jarabe de frambuesa. También destaca la Bockbiere, una cerveza con más cuerpo que las anteriores. Estas bebidas se sirven con aperitivos como rollmops, brathering, los saure gurken (pepinillos fuertes) y los soleier (huevos cocidos en vinagre).

Los postres alemanes gozan de una fama más que merecida. Los más conocidos son los Berliner Pfannkuchen, (a las que llamamos berlinas) y que pueden estar rellenos de mermelada de ciruela o fresa y con azúcar glas por encima. Y no podemos olvidarnos de el Rote Grütze, es un delicioso postre elaborado con cerezas ácidas (Saure Kirschen), bayas rojas y negras y algunas frambuesas, servido con leche o nata. Por último, no puedes irte de Berlín sin probar sus deliciosos Käsekuchen (pastel de queso) y Apfelkuchen (pastel de manzana).