¿Por dónde empezamos? Sofisticado, ecléctico, sutil y atractivo son tan sólo algunos de los adjetivos que podríamos utilizar para describir el Riad Enija, pero hay que verlo personalmente pues ni las palabras ni las fotos se aproximan a la realidad. La sensación de ir por las calles estrechas de El Fna y encontrarnos con la fachada de este riad es una experiencia única. El bullicio y ajetreo que nos rodean desaparecen como por encanto y se ven sustituidos por un suave gorgoteo de fuentes y el trinar de los pájaros en el jardín, con la consiguiente paz y relajación que embarga nuestro espíritu. No encontraremos televisores u otros signos de modernidad electrónica en las habitaciones (aunque si hay un cuarto de comunicaciones con teléfono, internet y fax en el edificio), pero aún así nos hallamos en una residencia urbana del máximo lujo, de estilo gótico y con un mobiliario moderno minimalista. El diseño combina el oriente con el occidente, con una decoración minuciosa que se extiende a lo largo de sus catorce suites y habitaciones – es curioso estudiar cómo se compaginan todos estos estilos diferentes. El Enija presume de dos patios, y sus jardines están maravillosamente cuidados.