Algunas cosas parecen venir juntas – como el sol, el cielo y el mar – y el Hospes Maricel de Mallorca saca sin duda el máximo partido de las tres. Es un hotel con gran clase y unas vistas del Mediterráneo y del cielo que cortan la respiración. ¿Cómo lo hace? Pues con techos altos y enormes ventanales perfectamente estudiados. La decoración es una mezcla de clásico y moderno que se ensambla a la perfección – art deco, interiores minimalistas, espacio y luz. Esto se lo debemos al insigne arquitecto Xavier Claramunt, cuyo sello podemos constatar en los cuartos de baño con sus paneles de cristal acidulado, bañeras de corte clásico y elegantes accesorios. Salones con lo último en tecnología, una estupenda biblioteca y madera de teca combinada con piedra en exteriores. Luego está la piscina “infinity” con el agua que se funde en el horizonte con la bahía – y en donde los huéspedes intentan conseguir las mejores tumbonas para disfrutar de las espectaculares salidas y puestas de sol. También es agradable cenar al aire libre en el selecto restaurante del hotel – el Senzone – que sirve una amplia variedad de platos galardonados en diversos certámenes. Y después de una buena comida. ¿por qué no sacarle el máximo partido al balneario?