Hay una pequeña historia sobre este hotel y es que fue construido por el príncipe ruso Nicolás Vlassov en homenaje a la Reina Hortense de Beauharnais (hija de Josephine de Beauharnais, más conocida como esposa de Napoleón). Parece ser que Vlassov era poeta, esteta y en general una persona misteriosa – pero no hay nada misterioso en lo agradable que es alojarse aquí. Se debe en gran parte a la estupenda pareja que son ahora los dueños del lugar. Amables y hospitalarios, la familia Benoist le deleitarán con toda clase de historias sobre el pasado de la villa. Con tan sólo 6 habitaciones – lo que ayuda a mantener la intimidad y el trato personal – el Reine Hortense no es sólo conocido por la historia de este edificio del siglo XIX, sino también por la personalidad de sus enormes cuartos de techo alto decorados estilo Luís XV y motivos trompe l’oeil. En una de estas habitaciones principescas se encuentra la bañera original bañada en plata usada por la mismísima Hortensia. Luego está la localización. El Villa Reine Hortense se encuentra directamente en una de las mejores playas de la zona, con la bahía en frente y las murallas de Saint-Malo en el horizonte – a donde podremos ir en taxi acuático. Dinard tiene buenos restaurantes para escoger (el hotel sólo sirve desayunos), con buen marisco y pescado.