Schulmeisterhof

En pleno centro de Kastelruth (Castelrotto), Schulmeisterhof acumula más de ochocientos años de historia. Esta antigua granja, protegida como edificio histórico, abre hoy sus puertas a quienes quieren vivir el Tirol del Sur muy de cerca, sin por ello renunciar a la acogedora comodidad que este encantador alojamiento ofrece.

Se ha adaptado el último piso bajo el tejado abuhardillado para dar cabida a dos apartamentos de vacaciones de decoración contemporánea, conservando el carácter original del edificio y una combinación inteligente, moderna y funcional.

El apartamento “Zwoa”, de 48 m², ofrece dos dormitorios, ideal para familias, con salón acogedor, cocina bien equipada y una bonita vista al campanario de Kastelruth.

El apartamento “Oans”, de 40 m², es como un nido abuhardillado para 2 a 4 personas, bañado por el sol de la mañana, con un dormitorio doble, salón con sofá cama y una cocina-comedor totalmente equipada.

Desde aquí tienes todo a mano: supermercados, restaurantes y la parada de autobús, y la Seiser Alm / Alpe di Siusi es fácilmente accesible para tus excursiones por las Dolomitas.

En el siglo XIII vivían aquí los sirvientes de caballeros y en el siglo XVII un maestro de escuela llamado Christian Prugger, que dio nombre a la granja. Durante la “Option” de 1939 se celebró una reunión secreta en la Stube, motivo por el cual la granja fue expropiada por el régimen fascista. Años más tarde, los abuelos Rosa y Josef Fill pudieron comprarla y, desde entonces, Schulmeisterhof forma parte de la historia de esta familia.

Aunque está localizada en el pueblo, Schulmeisterhof sigue siendo una granja en pleno funcionamiento. Por la mañana puedes bajar al corral a buscar tus propios huevos, servirte un vaso de leche recién ordeñada o untar mermelada de fresa casera sobre una rebanada de pan recién horneado. Las vacas de raza parda pastan en los campos y las gallinas ponedoras te despiertan con el canto del gallo. Patatas de la finca, yogur natural, jarabes caseros, fruta deshidratada y verduras de temporada forman parte del día a día. Con un poco de suerte, podrás asistir al nacimiento de un ternero o ayudar en las tareas agrícolas.

En verano y otoño, los senderos de la Seiser Alm son ideales para salir a caminar o ir en bici entre prados y bosques fragantes y, ¿por qué no?, para escalar. En invierno, el paisaje se cubre de nieve y tampoco faltan opciones: esquí alpino, esquí de fondo, excursiones con raquetas y divertidos descensos en trineo en familia. Las Dolomitas están a dos pasos.

El pueblo de Kastelruth tiene un centro casi peatonal con bonitas casas pintadas, una iglesia parroquial con un altísimo campanario, tiendas, cafés y restaurantes de cocina local. Y, al final de tu jornada, darte un paseo por sus calles será un auténtico placer