Lombardía: el pintoresco motor de Italia

Lombardía en un enigma. Esta región, altamente desarrollada y económicamente potente, es toda una autoridad en el mundo de la moda, el comercio, industria, publicidad y tecnología. Como una de las zonas de más alto progreso en Europa, sus habitantes parecen tener más cosas en común con sus homólogos del norte del continente que con el “estereotipo latino”. 

Son trabajadores, pragmáticos y con alto sentido de la ética laboral. Pero a pesar de todo este modernismo, Lombardía puede presumir además de unos de los paisajes más bellos de Italia. Para los amantes del arte, la naturaleza y la belleza, aquí se puede encontrar una exuberante riqueza: la Catedral, Castello Sforzesco, el teatro de La Scala de Milán, los lagos, el Parque Nacional de Stelvio, la costa del Garda, los distritos de Lomellina y Valtellina. Y la lista no acaba ahí.

Desde los Alpes hasta la llanura Padana, Lombardía es una de las regiones con más atractivo de Italia. Bien sea por su gastronomía, por su moda, su diseño, sus paisajes o su gente, estamos seguros de que te sorprenderá.

Lombardía - hoteles boutique y casas rurales

Si buscas conocer una región de ciudades enclavadas en un entorno natural de ensueño, desde las montañas de los Alpes con sus parques naturales hasta las riberas de lagos inmensos bordeados por pueblecitos encantadores, Lombardía es el destino perfecto para ti. Pocos lugares del mundo tienen tanto que ofrecer: ya sea su deliciosa y sofisticada gastronomía, su patrimonio histórico y cultural o una lista interminable de actividades que realizar en una naturaleza incomparable. Secretplaces te trae una lista de los mejores hoteles boutique y casas rurales en Lombardía para que puedas disfrutar de una experiencia única en sitios como Bérgamo o Brescia, los centros de aguas termales de Boario o Bormio, Livigno o Aprica con sus estaciones de esquí y los deliciosos vinos espumosos de Franciacorta. Estamos seguros de que no te arrepentirás.

Dónde ir en Lombardía

La oferta en Lombardía es muy variada. Su precioso paisaje compuesto por montañas, llanuras y grandes lagos son el entorno ideal para una escapada que te permita descansar y conectar con la naturaleza, realizar actividades al aire libre y de paso, conocer las encantadoras ciudades y pueblos de la zona.

No puedes perderte Mantua o Sabbioneta. Y si te apetece disfrutar de una ruta en tren de ensueño puedes coger el Ferrocarril Rético, que atraviesa los paisajes montañosos de Albula y Bernina. En la ciudad de Brescia es muy interesante el Monasterio de San Salvador, y no puedes dejar de visitar Cremona, sobre todo si eres un apasionado de la música clásica: aquí es donde Stradivarius construyó sus famosos e inmortales instrumentos de cuerda.

Pavía – “la ciudad de las Cien Torres” - Lecco, en la que transcurre la obra de Manzoni “Los Novios”, o Bérgamo – en la que puedes visitar la fantástica pinacoteca Academia Carrara, la Capilla Colleoni o el Teatro Donozetti – son otra paradas obligatorias en la zona. 

Para los apasionados de los deportes de invierno, las cumbres alpinas ofrecen la oportunidad perfecta para practicar esquí o snowboard. Localidades como Valcamonica y Valtellina, y las estaciones de Livigno, Aprica o Bormio, con muchas pistas de todos los niveles de dificultad. El glaciar de Stelvio, por otra parte, permite hacer descensos de infarto a los esquiadores más arriesgados.

Aunque no todo se reduce al frío y la nieve: en verano se puede practicar escalada (sobre todo en la cima del Adamello), y actividades como el senderismo, rutas de bicicleta de montaña o rafting.

También puedes encontrar espacios dedicados al relax y la salud. Abundan los centros de aguas termales con propiedades terapéuticas. Por ejemplo las termas de Boario o las de Bormio, en el Parco Nazionale dello Stelvio, ideales para disfrutar de un entorno privilegiado mientras te sometes a tratamientos de hidroterapia.

Respecto a los lagos, geniales para practicar actividades acuáticas, destacan el de Garda – en su orilla occidental. Hay numerosos pueblos que visitar bordeando la costa, como Saló o Toscolano Maderno. También es precioso el lago de Como, uno de los más profundos de Europa, con un entorno de postal – posiblemente fuera el paisaje de fondo de la Mona Lisa – y encantadores pueblecitos como Bellagio, Varenna o Menaggio. Y el lago de Iseo, con villas a su alrededor como Sarnico – en la que no puedes perderte los frescos de la iglesia de San Nazario – Riva di Solto o Lovere.

También hay que destacar las famosas rutas del vino que se realizan en esta región lombarda, en las que además podrás probar las especialidades locales. Desde Valtellina a Lodigiano, y pasando por la localidad de Franciacorta – muy famosa por sus vinos espumosos.

Gastronomía en Lombardía

La situación geográfica de Lombardía, al norte de Italia y en contacto directo con el resto de Europa – especialmente con franceses, españoles y austriacos que en algún momento tuvieron influencia sobre este territorio – ha sido determinante en su cocina tradicional. 

No es de extrañar que encontremos un auténtico mosaico gastronómico en el que cada provincia aporta su contribución individual a lo que generalmente se llama “cocina milanesa”. 

Milán y Bérgamo, por ejemplo, presumen de tener los mejores mercados de pescado de Italia, a pesar de tener una escasa tradición pesquera. Los quesos locales – como el gorgonzola, el mascarpone o el grana padano – son soberbios y el aceite elaborado en la vecindad del lago Garda es de una calidad inigualable. 

Además el arroz es aquí tan importante como la pasta, que se elabora sobre todo en platos de risotto con múltiples variaciones. Destaca el delicioso Risotto allo zafferano – risotto con azafrán.

Otros platos típicos son la Cotoletta alla Milanese – o chuleta a la milanesa, empanada y con limón, perejil y pimienta – la Zuppa alla Pavese – sopa con huevo y pan – la Cassouela – una cazuela preparada con carne de cerdo y berzas – o los Pizzocheri – una especie de tallarines originarios de Valtellina.

Respecto a los postres destcana el Panettone, los Amaretti – galletitas de almendra – la Sbrisolona – un pastel hecho de harina, almendras, azúcar, mantequilla y huevos – o el turrón – típico de Cremona.

Y para los amantes del vino recomendamos el Grumello o el Sassella del Valtellina, así como los espumosos de la localidad de Franciacorta, como el Bonarda.