Menorca, la isla más auténtica del archipiélago balear

Gracias al posicionamiento estratégico de Menorca, este área ha recibido influencias árabes, romanas, inglesas y francesas dando un lugar a una gran pluralidad de culturas. Esta isla dispone de un entorno privilegiado perfecto para practicar un turismo activo. La riqueza de sus paisajes naturales, su patrimonio histórico y cultural, y su gastronomía hacen de esta región, el destino ideal para pasar tus vacaciones.

El litoral menorquín está lleno de playas espectaculares, impresionantes acantilados, islotes vírgenes e impresionantes fondos marinos. Si buscas un turismo de costa, este es sin duda tu lugar. Los entusiastas de los parajes naturales también verán sus expectativas más que cumplidas. Menorca posee una amplia variedad de hábitats naturales y rincones vírgenes donde perderse. Barrancos, grutas terrestres y humedales enmarcados en una de las reservas de la biosfera por la UNESCO.

Menorca es también sus pueblos, con un paisaje rural y tradicional muy rico y una arquitectura urbanística impresionante. 

Todo cabe en esta pequeña isla mediterránea, donde la tranquilidad y el encanto constituye la esencia fundamental.

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Ven a la Menorca y descubre uno de los lugares más bellos del Mediterráneo. Playas y calas de indescriptible belleza. Pueblos que desprenden magia en cada una de sus calles. Parajes naturales que te llenarán de paz y tranquilidad. SecretPlaces pone a tu disposición los mejores alojamientos en la región. Desde hoteles con encanto, hasta casas rurales y villas. Te ayudamos a hacer de tus vacaciones una experiencia inolvidable.Menorca es la isla más tranquila del archipiélago balear y menos explotada de las tres, con una gran cantidad de playas vírgenes y paisajes naturales que la convierten en un destino popular para aquellos que buscan un ambiente más relajado. La isla es conocida por sus preciosos paisajes costeros, sus calas de aguas cristalinas y su rica historia prehistórica, con muchos monumentos megalíticos y ruinas antiguas. Mahón y Ciudadela son las dos ciudades más grandes e importantes, ubicadas en polos opuestos de la isla, cada una con su propia personalidad y atractivo. En ellas se pueden encontrar encantadores hoteles boutique que se adaptan a todos los presupuestos, desde opciones económicas hasta lujosos alojamientos en fincas para familias, románticos bed and breakfast o acogedoras casas rurales en el campo o en el centro de un pueblo

Mahón, la capital de la isla, se encuentra en la costa este, rodeada por el Mar Mediterráneo y cuenta con un puerto natural que sorprende a sus visitantes. Sus calles tienen mucho ambiente, comercios, turistas y lugareños que recorren tiendas, bares y restaurantes.

Ciudadela, por otro lado, es un poco más tranquila y se encuentra en la costa oeste de la isla. Sus calles estrechas y empedradas, bordeadas por edificios coloniales y góticos, con balcones de hierro forjado y fachadas de colores pastel, invitan a pasear y disfrutar del ambiente relajado y acogedor de la ciudad. Existen plazas llenas de encanto, donde se puede sentir la historia y la cultura de la ciudad. Muchas de las calles tienen muchos edificios antiguos. Algunas de las calles más famosas de la ciudad incluyen la Calle del Ángel, la Calle de la Trinidad y la Calle del Santísimo, todas ellas repletas de tiendas y restaurantes con encanto. El puerto de Ciudadela es uno de los sitios más animados y concurridos de la ciudad. Se encuentra en el extremo oeste de la misma y es el segundo puerto más grande de la isla de Menorca, después del puerto de Mahón. 


Dónde ir en Menorca

El atractivo de Menorca radica en sus playas y calas, en su entorno natural y en las pequeñas aldeas que pueblan la isla. El litoral menorquín está lleno de joyas naturales. Destacan la Cala Turqueta, una cala virgen de aguas turquesas; la Cala Macarella, la más conocida de Menorca; la Cala Galdana, una de las playas más grandes y familiares de la isla, habilitada para la práctica de deportes naúticos; la Cala Pregonda, cuyo color rojo y ambiente la convierten en un enclave especial; y la Cala Mitjana, de preciosas y claras aguas azules, situada en el centro de la isla.

Pero hay mucho más en Menorca que sus playas. El conjunto urbanísico de la región es también conocido por su gran belleza. La Ciudadela de Menorca es el segundo pueblo más importante. Su puerto y el centro de la ciudad son algunos de sus grandes atractivos. Mahón constituye otro lugar de visita imprescindible; la capital de Menorca tiene tanto que ofrecer. Binibeca es un precioso y sorprendente pueblo de pescadores. Sus casitas blancas y sus estrechas calles transportarán al viajero a un entorno mágico.

Gastronomía menorquina

Menorca posee una tradición culinaria transmitida de generación en generación y que se ha mantenido fiel a su origen. La gastronomía de la isla es el reflejo de la esencia de sus gentes: sencilla, apacible y con pasión por la vida.

En esta región se mantiene el gusto por los alimentos tradicionales y la preparación de platos con productos de temporada. El hecho de estar rodeados por el mar y la carencia de una extensa variedad de productos, han marcado de forma notable su cocina. Durante siglos, la imaginación ha sido la protagonista de la cocina de la isla. Es sorprendente lo que los menorquines pueden hacer con tan pocos ingredientes. Muchas de las delicias que el viajero encontrará en Menorca tienen su origen en los platos que los marineros improvisaban en el mar, con el pescado recién capturado.

Uno de los productos típicos de la región es la mahonesa, la embajadora más conocida de la isla. Y el plato más exquisito que probaremos en Menorca es la caldereta de langosta, una rica sopa de marisco que hará las delicias de los más sibaritas. 

Las pastelerías de la Ciudadela son, sin lugar a dudas, las mejores de toda la isla. La repostería menorquina posee más de cien productos tradicionales que han sobrevivido al paso del tiempo. Destacan las ensaimadas propias del archipiélago balear y, especialmente, la coca bamba – la ensaimada menorquina –, más voluminosa que la original y sin condimentos. Lo tradicional es mojarla en chocolate y tomarla en el desayuno. Los viajeros más golosos no pueden dejar de probar los “carquinyols”, una pequeña galleta crujiente muy dulce; y las “tortadas”, un pastel tradicional similar a la torta de Santiago pero más esponjoso.