Pousada Picinguaba

No te nombran “uno de los 80 hoteles más extraordinarios del mundo” por una importante editorial (Hip Hotels), si no es por una buena razón – o varias. Y ésa fue la distinción otorgada a la Pousada Picinguaba, acompañada con epítetos tales como “idílico”, “impresionantemente bello”, “fuera de lo común” – y otros. Este sitio es pura paz y tranquilidad y para enfatizarlo no encontramos ni televisores, ni teléfonos, ni internet en las habitaciones. La carretera local acaba en la playa y hay que andar 250 metros desde el hotel – escondido en el bosque – para llegar a ella. La idea es comulgar con la naturaleza y los únicos sonidos son el viento agitando las palmeras y el mar acariciando la orilla. Y con tan sólo 10 habitaciones disponibles (9 dobles y una fantástica suite nupcial con jacuzzi), las posibilidades de un vecino ruidoso son inexistentes. Las habitaciones están decoradas con sencillez y buen gusto y todas se abren a un entorno natural. Maravillosas vistas del mar y tres kilómetros de playa protegida. Exuberantes flores y plantas tropicales que forman cortinas protectoras con colibríes de huéspedes.